Tierra mía.
No alcanza a calentar tu invierno el verso
ni el fuego negro que tu entraña esconde;
ni el aire en los neveros
ahuyentará a los lobos en la noche.
¡Tierra mía, herida de carbones
y erizada en calizas encrestadas
de las águilas patria,
y de tus hombres y mujeres, casa!
Advierta el tiempo que los siglos forma
de tu belleza en ruda geografía
la vida donde alientan
truchas nadando en aguas cristalinas.
Y en anchos bosques crezcan los faedos
y en manantiales claros sean las janas
al peinar sus cabellos
memoria de leyendas olvidadas.
Foto cortesía de Prejub.